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Piel caliente, piel helada—segunda parte


Traducido por Marco Gámez

Primera parte

A simple vista, tiene poco sentido que los Texas Rangers estén en ascenso en este momento. El 21 de agosto, terminaron una serie en Kansas City perdiendo su tercer juego de cuatro, y cayeron a un récord de 63-66. Se la jugaron valientemente al adquirir a Merrill Kelly, Phil Maton y Danny Coulombe para reforzar su cuerpo de lanzadores antes de la fecha límite de cambios, pero eso parecía demasiado poco, demasiado tarde. Ya estaban en pleno proceso de perder prácticamente a todas sus grandes estrellas, un proceso que ahora está casi completo, con Corey Seager, Marcus Semien, Adolis García, Evan Carter y Nathan Eovaldi todos fuera de acción, entre otros. Sin embargo, se habían mantenido a flote lo suficiente como para seguir siendo respetables hasta ese momento, y desde entonces tuvieron marca de 14-4 hasta el jueves pasado. De forma improbable, han regresado no solo a la pelea por el Comodín, sino también a la lucha por la muy abierta División Oeste de la Liga Americana.

En la primera mitad de esta temporada, los Rangers registraron una respetable cifra de 5.6 Carreras Merecidas Prevenidas (DRP, por sus siglas en inglés) como equipo. Eso los colocaba en el puesto 11 en Grandes Ligas. Tenían una defensiva razonablemente buena, pero esa unidad por sí sola no los iba a llevar muy lejos. Sin embargo, desde el receso del Juego de Estrellas, han sumado un impresionante 11.6 DRP, el mejor en todo el béisbol. Wyatt Langford tiene por sí solo un asombroso 6.1 DRP en 48 juegos. Eso suena imposible, e incluso (peor, para un cronista o periodista) inverosímil, pero, al fin y al cabo, está haciendo cosas como esta.

Y también esto

A pesar de no contar con mucha salud, Langford está aprovechando realmente la segunda mitad de temporada para demostrar por qué era un prospecto tan codiciado al salir de la universidad. En particular, considerando esas dos acciones destacadas en la secuencia, conviene recordar que son pocos los jugadores jóvenes y regulares que rinden bien cuando se les mueve con frecuencia entre distintas posiciones defensivas. Aún más importante es tener en cuenta que las dos habilidades que mostró en esas jugadas, una vez cubriendo lo que parecía medio campo de fútbol americano para atrapar una bola elevada que cortaba hacia la línea, y otra reaccionando instantáneamente para colocarse debajo de una línea que no le dio tiempo para acelerar, solo coinciden en los mejores jardineros del béisbol. Poder moverlo entre distintas posiciones también le ha permitido a Bruce Bochy utilizar (por ejemplo) a Michael Helman, quien hizo una jugada espectacular en la victoria del miércoles de Texas, con la que completaron la barrida sobre el mejor equipo del béisbol. (Más sobre ellos en breve).

Seager, García y Carter son todos defensores excepcionales, y los Rangers los han extrañado desde que cada uno se lesionó. Pero gracias al espectáculo de Langford y al trabajo consistente, aunque promedio, de Helman, Cody Freeman, Josh Jung, Josh Smith y  Ezequiel Durán, han logrado mantener un gran nivel incluso en su ausencia.

Mientras tanto, los Brewers están experimentando un bajón defensivo bastante inesperado. Ocupaban el tercer lugar de la liga con 17.1 DRP antes del receso del Juego de Estrellas, pero desde entonces han caído al puesto 16 con apenas 0.4 DRP. Y eso a pesar de que, tras un primer mes complicado, Joey Ortiz ha florecido como uno de los mejores campocortos defensivos de las Grandes Ligas. Necesitó tiempo para readaptarse a esa posición después de un año jugando en la esquina caliente, y abril fue difícil, pero desde entonces ha estado brillante. Su DRP era de -1.4 hasta el receso, pero ha sido de un impresionante 2.0 desde entonces, a pesar de haber perdido unas dos semanas a finales de agosto por una lesión en el tendón de la corva. Su evolución es el tipo de desarrollo que debería llevar al equipo a otro nivel, y si te enfocas en su mejor rendimiento en junio y julio, puedes ver cuánto impacto tuvo.

Desde entonces, sin embargo, y pese a la excelencia continua de Ortiz en la posición más importante del cuadro interior, el equipo ha caído de forma evidente. William Contreras tenía un DRP de 3.9 antes del receso; desde entonces, es de -3.4. Gran parte de esto se debe a que tuvo el peor mes de agosto como receptor, en cuanto al encuadre se refiere, entre todos los defensores de esa posición calificados, un problema que suele asociarse más con el pitcheo que con la defensa, pero sus excelentes números al lanzar a las bases durante el principio del año también han bajado recientemente.

Sal Frelick tenía un DRP de 6.2 en aproximadamente 785 innings antes del receso, pero a principios de julio se lesionó el tendón de la corva. Regresó justo después del receso, pero no ha sido tan brillante en el campo desde entonces. Sigue bateando de forma excelente, pero solo ha logrado un DRP de 1.1 en 288 entradas, un ritmo mucho más lento. Mientras tanto, su compañero el pequeño de estatura, pero rendidor, Caleb Durbin ha tenido algunos tropiezos defensivos. Estuvo tan flojo defendiendo la tercera base durante los entrenamientos de primavera que ni siquiera pudo comenzar la temporada en las mayores, pero luego pareció uno de los mejores defensores en esa posición durante un tramo a mediados del verano; desde entonces, se ha vuelto más propenso a cometer errores, quizás sintiendo el desgaste de la temporada más larga que ha jugado a este nivel. También ha perdido tiempo de juego ante lanzadores derechos frente al novato, pero de más edad, Anthony Seigler, quien no tiene tanto alcance y ha estado algo errático con el brazo. Otra herida que bajó el nivel.

Garrett Mitchell fue una baja importante para Milwaukee al inicio de la temporada, aunque el descubrimiento de Isaac Collins y su posterior racha superlativa hizo que muchos se olvidaran de eso. También parecía una pérdida fácil de cubrir con el regreso del especialista defensivo Blake Perkins en julio. 

Pero, lamentablemente, Perkins ha estado un poco por debajo del nivel mostrado en el pasado, quizás más conservador que lento o descuidado, pero en todo caso, menos valioso. Jackson Chourio fue un jardinero central ligeramente por debajo del promedio antes del receso, y lo ha seguido siendo después, pero el equipo esperaba usarlo menos allí una vez que todos estuvieran sanos. Eso no ha sido posible.

La mejor versión de los Brewers es el mejor equipo de 2025. La peor versión es la que acaba de perder tres partidos seguidos ante el equipo de Texas que lucha por colarse a la postemporada. La diferencia entre uno y otro, en gran parte, está en los guantes, y qué versión logren ser en octubre probablemente dependerá un poco de la salud y otro poco de quién esté bateando. Han adoptado un enfoque audaz esta temporada, negándose a darle más descanso a Contreras y permitiendo que Chourio, Ortiz y Frelick volvieran con cronogramas agresivos tras lesiones en las piernas. Quieren tener a sus mejores jugadores en el campo y creen que estarán lo suficientemente frescos para dominar, incluida la defensa, cuando llegue la hora de la verdad. Pero últimamente, estamos viendo cómo lucirían si esa apuesta no les sale bien.

Mientras tanto, los posibles escenarios para los Rangers, el mejor y el peor, están mucho más cerca entre sí. No tienen oportunidad de ser un equipo trascendentalmente grandioso, pero ese equipo de los Phillies de 2022 tampoco lo era, y aun así ganó el banderín. Si Texas puede mantener caliente su defensa (lo que principalmente significa continuar con el bateo y la salud suficiente para que Bochy pueda seguir haciendo alineaciones con sus mejores configuraciones defensivas), todavía pueden colarse a la postemporada, momento en el que cualquiera puede ser peligroso, pero especialmente una defensa encendida que juega béisbol con coraje.

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